Revisar los flujos y costos. Un consejo para enfrentar el año 2021, y esto es para toda corporación, mediana y gran empresa, así como para startups de alto impacto: es muy importante revisar constantemente la caja, y por ende, ser muy consciente del uso de recursos. Mantener acotados los gastos operacionales, ser eficientes respecto de la ejecución presupuestaria y mantener los costos a raya, eso es clave.
Colaboración. Abrirse a colaborar de manera radical con competidores, proveedores y clientes, buscando no siempre la transacción, sino que también negocios futuros. Por lo tanto, abrirse a una colaboración radical respecto como se hacen los negocios es uno de los mandatos propios de un proceso de transformación digital, colaborando incluso con competidores como comentaba anteriormente.
Mejorar la experiencia del cliente. Es necesario poder desarrollar áreas dentro de las empresas, independiente de que sean pequeñas o grandes, que tengan el foco puesto en mejorar la experiencia de usuario. Hay algunas startups que dentro de sus staffs (cuando el presupuesto lo permite obviamente) tienen un cargo llamado ‘Customer Success’, entre otros, el cual busca mejorar la experiencia del cliente, preocupándose del uso del producto y servicio de manera correcta, que lo optimicen, que conozcan sus dolores y problemáticas para ir mejorando en el futuro la prestación de ese servicio, o incluso crear productos y servicios nuevos para ese mismo cliente para hacer up-selling o cross-selling.
Aprovechar la incertidumbre. Sin duda que nuestro actual panorama de recesión económica puede desalentarnos y hacernos creer que nada puede mejorar, pero estos tiempos son los más indicados para adaptarnos a estas situaciones adversas y ser prácticos con apuestas innovadoras. En ese sentido, nuestras empresas pueden ser vehículos para transportar toda esa incertidumbre a una solución concreta, que pueda otorgar valor a los asuntos atingentes de nuestra era de cierre de ciclos. Los negocio pueden cambiar el paisaje y el futuro de muchos que hoy solo ven oscuridad. Es momento de que les entreguemos luz.
Mente globalizada. Con esta pandemia nos dimos cuenta de que gran parte de las problemáticas tienen implicancias globales y que, por lo tanto, requieren de soluciones de ese tipo. Es importante que no solo pensemos en nuestro barrio, ciudad o región, sino también a nivel país y por qué no, continental. Somos humanos altamente globalizados con las tendencias y discusiones de esta época, por lo que la oportunidad surgida en cierto lugar puede fácilmente llegar a otro, luego a otro, a otro y así, ir tejiendo una red capaz de cubrir a todo el mundo.
Compromiso con el entorno. Todo lo que propongamos debe fomentar la colaboración, la dignidad, el respeto, el cuidado por el medio ambiente y la calidad de vida de los trabajadores chilenos. Si destinamos una parte de nuestro tiempo a reflexionar sobre cómo los negocios pueden aportar a un mundo mejor, tenemos gran parte del camino recorrido. Bastarán ajustes a los productos y servicios para que pronto haya muchos interesados en lo que proponemos. Dejaremos una huella en sus vidas que seguramente nunca olvidarán.
Asegurar el óptimo bienestar y niveles de energía. La mejor descripción de la importancia de este consejo, o principio, es la frase de Oscar Wilde que dice: “Hay personas que generan felicidad adonde van y otras cuando se van”. El rol principal rol de todo empresario y líder es asegurar transmitir confianza, optimismo y claridad para superar los desafíos del entorno, y esto en ocasiones se percibe con tan solo la presencia del líder. Para ello ejercitarse, meditar, hacer pausas, planificar el día, dormir y alimentarse bien, serán prácticas fundamentales.
Encarnar la humidad, la apertura y el aprendizaje. Pensando inicialmente para el año 2021, y considerándolo también para los próximos 30 años, será imprescindible la apertura a aceptar ideas, métodos, procesos y productos distintos a los que tenemos. Los cambios en todo orden de cosas serán demasiado rápidos y la capacidad adaptativa será la competencia más valorada en los profesionales a todo nivel, esto solo ocurre cuando hay humildad y se está dispuesto a aprender, principalmente a través de la escucha activa.
Pausa y preparación. Aquellos ejecutivos, empresarios y líderes que tengan la capacidad de detenerse a reflexionar, analizar y pensar, tendrán una gran ventaja al momento de tomar buenas decisiones y actuar con precisión. Al momento de detenerse, pueden organizar sus pensamientos, encontrar nuevas posibilidades, trabajar en potenciar sus recursos y desarrollar lo que descubren les pueda estar faltando, para entonces regresar completamente enfocados al “combate”.
FUENTE: Piensa Digital La Tercera / Autor: Rodrigo Munizaga