Mi nombre es Gonzalo Ortega Díaz, fundador y CEO de KININ. Hace unos 15 años tuve la idea de entregar servicios kinésicos a domicilio, tomar mi auto (en ese tiempo un Spark), cargarlo con los equipos necesarios y recorrer la región viendo pacientes.
Así surge KININ (Kinesiología Integral). Sin embargo, con el paso del tiempo y gracias a mi experiencia en las distintas mutualidades, vi un dolor transversal a nivel de las empresas. Este era el elevado nivel de accidentes y el ausentismo a causa de estos, razón por la cual comencé a enfocarme en este grupo objetivo.
Partí solo, con un auto pequeño, recorriendo Quilpué, Valparaíso, Concón, llegando incluso a San Antonio y Los Andes. Eran días intensos, pero entretenidos. A veces las ganancias se iban en bencina y en algo para comer, pero siempre he sido un convencido de que mientras uno haga bien las cosas, vendrán cosas mejores.
Posterior al nacimiento de mi primer hijo vi la necesidad de pasar más tiempo en casa, y al mismo tiempo aumentar los ingresos. Debido a esto comencé a buscar licitaciones y proyectos, etapa en la que me cerraron muchas puertas, sin embargo, gracias al apoyo incondicional de mi señora, seguí adelante.
En unos meses ya estábamos entregando servicios a las mutualidades y posterior a eso dando los primeros pasos en empresas más grandes, llegando incluso a la gran minería.
Hoy KININ cuenta un equipo de 15 personas, profesionales de alto nivel quienes desempeñan funciones en distintas regiones de nuestro país.
Gracias a la confianza de organismos como Corfo, Sercotec y ProChile, estamos en gestiones de internacionalizar nuestros servicios a Perú y a México en el corto plazo.
De profesión soy Kinesiólogo. Durante años me desempeñe en distintas clínicas y consultorios, junto con la realización de docencia Universitaria. El destino me llevo a trabajar en las distintas mutualidades a nivel nacional, realizando labores por más de 10 años en esta área. Esto me permitió conocer de cerca a distintas personas que habían sufrido accidentes y/o enfermedades profesionales, ya sean de trayecto o durante el desempeño de alguna labor en particular.
Estas últimas experiencias me permitieron conocer otras realidades de mi profesión. El hecho de que un trabajador se accidentara o se lesionara por una mala acción en sus labores, no solo afectaba a la empresa (en temas económicos) sino que también llevaba una gran carga al grupo familiar de la persona. Todo esto era mucho más complejo cuando fallecía producto de un accidente laboral. Saber esto me motivó a entregar un servicio especializado y oportuno en temas de Ergonomía, Seguridad y Salud Ocupacional.
Sabía que no era fácil, pero hemos ido cumpliendo nuestros objetivos de a poco.
En general las empresas tienden a cumplir con ciertas normativas que son fiscalizables a nivel nacional, como por ejemplo: la entrega de EPP (elementos de protección personal), implementación de horarios de colación, los sistemas de turnos, etc. Sin embargo, el “cómo” se desempeña el trabajador en su puesto de trabajo y si este posee la “técnica correcta” para realizar las distintas tareas que implican su cargo, muchas veces no son consideradas de primera importancia por los empleadores.
Por esta razón muchas veces los trabajadores realizan posturas forzadas, movimientos repetitivos y/o manipulación excesiva de cargas manuales, las cuales a la larga generan un deterioro en la calidad de vida de estos, y lamentablemente, muchas empresas actúan una vez que ya ocurren las lesiones y/o accidentes, siendo que el trabajo preventivo podría haberse realizado mucho antes. Es aquí donde entramos nosotros como KININ.
De a poco ha ido cambiando la mentalidad, en las empresas, de visualizar al trabajador como un pilar fundamental en el proceso productivo. Día a día, como KININ, vamos mejorando esta visión, entregándole a las empresas las herramientas necesarias para que sus trabajadores se desempeñen de la mejor manera en sus diferentes puestos de trabajos, mejorando su calidad de vida y, al mismo tiempo, mejorando el nivel de productividad en la empresa.
La región de Valparaíso posee una diversidad enorme de empresas, desde las más pequeñas, que han aumentado durante el período de pandemia, hasta las grandes empresas que son un referente a nivel nacional e internacional.
Claramente este tiempo de pandemia a generado que la mayoría de las empresas hayan tenido que reinventarse. Hoy por hoy el nivel de crecimiento y desarrollo a nivel regional es increíble. Desde nuevas tecnologías, aplicaciones móviles, gestión y análisis de datos, innovación en alimentación y un sinfín de nuevas propuestas están haciendo que los ojos del mundo se centren en nuestra región.
Hace poco fuimos una de las empresas seleccionadas para formar parte del Acciona MIPE organizado por UDD Ventures. El solo hecho de haber sido seleccionados para participar fue un gran logro, sobre todo por el prestigio que posee una organización como esta.
Esperamos aprender tanto del equipo organizador, así como de las otras empresas participantes. El nivel de quienes conforman todo el equipo (docentes, mentores y empresas) es gigante. El Acciona MIPE no tiene nada que envidiar a programas internacionales, por esta misma razón estamos con todas las ganas de aprovechar al máximo esta experiencia.
Una vez finalizado este programa, creemos que nuestro modelo de negocios se potenciará, tanto para aumentar nuestras ventas, así como para proyectar nuestros servicios al mercado internacional.
A pesar de lo duro que han sido estos meses, no pierdan las esperanzas, no dejen de soñar. Busquen siempre una motivación para seguir adelante, sobre todo en momentos difíciles como estos. Lo importante es seguir adelante, buscando sinergias, alianzas estratégicas y cooperación entre mipes y pymes.
Es increíble el nivel de mipes y pymes que se pueden potenciar unas con otras. Es ahí donde cada uno de los dueños de estas empresas deben buscar aliados en pro de mejorar sus productos y servicios.
Como en algún momento me dijeron, “mientras uno haga bien las cosas, sin hacer daño y ayudando al resto… siempre vendrán mejores y buenas oportunidades”.
Fuente: La quinta emprende