No aspirar a diseñar, fabricar, distribuir y llegar hasta el usuario final con sus servicios es el camino que muchos emprendedores están siguiendo. En cambio, mucho más eficiente para crecer es que su tecnología sea incorporada en los procesos de grandes empresas, tal como la marca de procesadores se insertó en los computadores de todo el mundo.
La etiqueta 'Intel Inside' hoy está presente en gran parte de los computadores del mundo. Y no se refiere precisamente a la marca de los equipos, sino que da cuenta de que dentro de ellos está presente la tecnología de procesadores que Intel Corporation viene generando desde 1972.
Ese modelo, donde una empresa no busca llegar hasta el usuario final, sino que ofrece su tecnología a otras empresas para habilitarlas a generar mejores productos y servicios, es un pionero de lo que se conoce como software as a service (SaaS) y se ha convertido en la inspiración de muchos emprendedores, que ven en esta estrategia una forma más rápida y liviana de escalar.
Claro, en el caso de Intel, se ofrece un hardware, un producto tangible. Pero de la mano de la transformación digital, el SaaS se basa en un modelo en que el software desarrollado por una startup es el que presta el servicio a otras empresas.
Según un estudio de Research Nester Pvt. Ltd, se prevé que el mercado de SaaS de América Latina alcance un crecimiento anual compuesto de 28% entre 2019 y 2026, lo que se ha visto reflejado en que la inversión en SaaS ha crecido hasta llegar a casi US$ 2 mil millones en 2020. En Chile, del 160% de crecimiento de la presencia de startups en el país, aquellas que se consideran SaaS acumulan el 90% de la inversión.
'Los inicios de la inmensa mayoría de las startups que crean SaaS se financian con capital emprendedor y es justamente su capacidad de rápido crecimiento internacional la que las vuelve atractivas para los inversionistas de venture capital. Esto porque el modelo SaaS permite que usuarios de cualquier país puedan suscribirse al servicio por medio del acceso a internet, en el mejor de los casos, sin necesitar intervención humana', cuenta Iván Vera, fundador y presidente de las aceleradoras y consultoras Magical Startups e Innspiral.
Un caso concreto es el de NotCo, que desarrolló una tecnología, el algoritmo 'Giuseppe', para generar recetas de alimentos a base de plantas. Partió haciendo sus propias mayonesas y ya conformó un joint venture para que su software diseñe alimentos que comercialice la gigante Heinz-Kraft.
Hacerse un nombre
Sin embargo, tal como lo demuestra el caso de NotCo, el modelo SaaS también tiene desafíos. El más importante es validar la tecnología para que las empresas ya consolidadas estén dispuestas a usarla. En el caso del 'unicornio' chileno, antes de que las grandes firmas de alimentos les abrieran las puertas, debieron validar su propuesta con una NotMilk, una NotMayo y una NotMeat.
Alcanzar esta meta abre las puertas al interés de las grandes empresas que hoy están enfrentándose a una intensa competencia en mercados cada vez más globalizados y que, sirviéndose de startups SaaS, pueden tercerizar soluciones digitales ahorrándose inversión en I+D propio. Además de que los emprendimientos SaaS rompen el esquema usualmente conservador de las grandes empresas ante la innovación, ofreciendo optimización de recursos y personas mediante rápidos lanzamientos al público, pues las mejoras al software pueden hacerse sobre la marcha.
Por el lado de las mismas startups, tiene la ventaja de facilitar el crecimiento, ya que pueden 'colgarse' de la capacidad productiva y logística de las empresas tradicionales.
Eso sí, un escenario que detectaron en la aceleradora UDD Ventures es que las startups SaaS tienden a ser sustitutas entre sí, por lo que el posicionamiento y la estrategia de precios es la clave del éxito.
'Una de las ganancias más importantes que identifico del modelo SaaS es que permite a las startups contar con una estrategia de precios y monetización muy flexible, otorgándoles agilidad en su funcionamiento que les permite concentrarse en su flujo de operación y costos. Se les facilitan sustancialmente las preocupaciones de un emprendimiento normal dando la libertad a los fundadores y trabajadores para enfocarse 100% en la escalabilidad del negocio, las nuevas alianzas o la redirección de las soluciones', explica Catalina Vega, líder de la Red Ángeles UDD.
Auge local
Se trata de una tendencia que llegó para quedarse y que expone un rápido crecimiento en Chile. Vega prevé que se está gestando un mercado de rápida maduración que crecerá hacia niveles hostiles en menos tiempo que el de las startups físicas.
Una de las tecnologías clave para el modelo SaaS es la inteligencia artificial (IA). Anastasia nació en 2017 como una empresa mixta de procesos de consultoría y software que entre 2021 y 2022 abandonó sus servicios pioneros para volcarse 100% a ser un SaaS. En concreto, la empresa ofrece soluciones digitales de optimización de pronósticos de ventas, inventario y segmentación de clientes a medianas y pequeñas empresas en Latinoamérica, aumentando sus conversiones y disminuyendo sobrestock y fugas de clientes.
'Tener esto como estrategia permitió que la tecnología disruptiva de la IA, que es muy compleja de diseñar, aterrizar y hacer eficiente, pero de bajo costo, pudiera ser diseñada para usarse de manera fácil, económica y de rápida implementación. Lo que nos ayudó a crecer porque nuestros clientes pueden usar la tecnología en cosa de horas luego de contratarla', cuenta Andrés Valdivieso, cofundador de Anastasia.
Entre los beneficios se encuentran, además, un mantenimiento sencillo, seguridad centralizada y capacidad de operar en distintos países a la vez. Cualidades que traen consigo el costo de compatibilizar los requerimientos de los múltiples clientes en una herramienta estándar 'a una gran velocidad porque la obligación de los SaaS es ir a la vanguardia'.
También en 2017, pero para cubrir la necesidad de las empresas de automatizar la gestión de sus personas se fundó Buk, software de recursos humanos que ofrece soluciones que van desde el pago de remuneraciones hasta herramientas para potenciar el desarrollo profesional de los colaboradores. Opera bajo un modelo de pago por servicio en el que Buk mantiene la plataforma en la nube, mientras que sus clientes acceden a ella por cualquier dispositivo a través de internet, sin necesitar siquiera descargar una app.
En la empresa, el principal desafío fue generar confianza en el mercado B2B, pues no tener historia que la acreditara y manejar información humana y sensible en la nube, hizo que existiera resistencia al modelo. Por sobre ello, Buk afirmó su propuesta con la primera certificación de seguridad ISO 27001 para un software de recursos humanos en la región. A ello sumó disponibilidad de última hora y versión en su plataforma, liberando a los clientes de la preocupación por las mantenciones y respaldos del servidor.
'El modelo SaaS permite estimar los ingresos con mayor exactitud al ser recurrentes y altamente predecibles mes a mes, lo que es un input relevante para proyectar el crecimiento y la estimación de las nuevas contrataciones, que es un factor clave en el crecimiento de una startup. Esto, sin duda, es un beneficio para generar nuevas alianzas e integraciones que agreguen valor a nuestros clientes, somos parte de un ecosistema y estamos abiertos a ello', dice Teresita Morán, cofundadora y country manager de Buk.
Otro caso es The Live Green Co, que se acaba de aliar con Carozzi. Nació en 2018 cuando Sasikanth Chemalamudi y Priyanka Sirinivas, sus fundadores, vinieron a Chile a validar su foodtech que desarrolló Charaka: una plataforma que alberga fórmulas de alimentos basados en plantas, de etiqueta limpia, nutricionalmente funcionales y sustentables, de la mano con el estudio de las cualidades ancestrales de la naturaleza para combatir los ultraprocesados.
La implementación de Charaka requiere equipamiento técnico y científico para ser provechosa. Por eso el equipo I+D de Live Green Co se encarga de transformar con rapidez los requerimientos de los clientes en soluciones, de modo que los últimos ahorran dinero y tiempo, lo que se traduce de años a meses.
'El gran desafío era cómo probar de manera rápida y eficiente que la tecnología funcionaba. Gracias al tremendo esfuerzo del equipo no solo pudimos validar de manera interna desarrollando más de nueve categorías de productos lanzados con nuestras marcas, sino también de manera externa. Hicimos pruebas con grandes players en la industria de proteínas mundial y los resultados fueron espectaculares. No solo reemplazamos los ingredientes animales y ultraprocesados, logramos incluso tener mejor aceptación y nota por parte del consumidor final', comenta Juan Andrés Hurtado, director de Desarrollo.
Publicado en Innovación de El Mercurio