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2020 y el mayor experimento social de la historia.

Escrito por Angel Morales | Jan 9, 2021 8:12:00 PM

Si tuviera que elaborar un concepto para sintetizar lo que fue el 2020 este sería el sentido de urgencia del proceso de adaptación (velocidad de aprendizaje). Las experiencias a nivel global que ha dejado la pandemia demuestran que la forma de sostener los negocios (y en paralelo, de enfrentar la emergencia sanitaria) han dependido de la capacidad de acción, organización y proactividad de los colaboradores.

Este ha sido el "mayor experimento social" del último siglo, al menos, ya que se debió mantener en cuarentena a gran parte de la población mundial por razones sanitarias que nos obligaron a reinventar la manera de vivir. La unión y el trabajo en conjunto dieron paso a muchas iniciativas prácticas, soluciones tecnológicas y grandes avances médicos, gracias a la gestión rápida, coordinada, y metódica, basada en la importancia de valorar cada minuto como si fuera el último.

El trabajo ‘contra reloj’ que experimentamos en 2020 instala un precedente para graficar la importancia del sentido de urgencia, el cual es aplicable en diferentes dimensiones. John Kotter, profesor de la Harvard Business School, en su afamado Modelo Kotter, plantea 8 pasos vitales para gestionar el cambio en una organización. Si bien todos son prácticos y concretos, hay 3 que creo pertinentes de compartir: Construir sobre el cambio, anclar el cambio a la cultura de la empresa (o institución), y, obviamente, crear sentido de urgencia.

El primero se enfoca en la necesidad de ir optimizando procesos y aplicar mejoras continuas que vayan refinando los cambios ya creados, hasta llegar a una consolidación de estos. El segundo hace referencia a, una vez creado y arraigado el cambio en la organización, mantener las prácticas de adelantarse y tener una predisposición a la evolución constante en la búsqueda de mejoras aplicables. Y el tercero, la razón de esta columna, es entender el sentido de urgencia como la necesidad de generar instancias para mejorar la velocidad de adaptación a un contexto incierto determinado.

Esta es una gran forma de disminuir los riesgos a futuro, creando soluciones prácticas que sean beneficiosas para escenarios inciertos, adelantándose a eventos de manera inteligente, y manejando los tiempos de manera vital frente a nuevos desafíos.

Si ya conocemos los pasos de un escenario determinado, junto con sus tiempos y los retos
que se pueden presentar en el camino, es tiempo de que "aprendamos a aprender" a mayor velocidad, de que nos atrevamos más y que actuemos de forma proactiva, siempre creando valor adicional. El sentido de urgencia respecto a la velocidad de adaptación (o aprendizaje) puede ser aplicado en cualquier ámbito y contexto, lo importante es tener nuestra mente en estado "beta permanente" y la mirada puesta en el futuro. Mantener el foco es clave, así como aprender rápido de las lecciones pasadas también. Utilicemos los aprendizajes que nos dejó el 2020 para levantarnos una vez más y mirar este 2021 como una nueva oportunidad para construir una sociedad más ágil y productiva, pero también justa y más humana.

FUENTE: El Mostrador

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