article img
Mundo Emprendedor

Actividad emprendedora en etapa inicial retrocede a niveles de 2018 y 80% de quienes emprenden lo hace por falta de empleo.

A pesar del efecto negativo de la pandemia y la crisis, los emprendedores siguen visualizando oportunidades para iniciar negocios en el país. Eso sí advierten, al igual que los expertos, que es necesario un mayor apoyo en financiamiento y políticas gubernamentales para impulsar la actividad.
El emprendimiento no quedó ajeno a las dificultades derivadas del estallido social en octubre de 2019 y la pandemia. Así lo demuestra el último Global Entrepreneurship Monitor: Reporte Nacional de Chile 2020, reporte coordinado en el país por la UDD y que busca comprender la dinámica del emprendimiento, a través de una radiografía completa de la percepción del ecosistema local.

'La pandemia ha influenciado a que la población chilena de entre 18 y 64 años muestre una disminución en sus modelos de referencia, así como en sus capacidades e intenciones emprendedoras. Sin embargo, el lado alentador es que casi 50% de esa misma población percibe oportunidades que podrían llegar a materializarse como emprendimientos en seis meses, e incluso algunas de ellas estaban vinculadas a la pandemia del covid-19', afirma Maribel Guerrero, directora GEM Chile y profesora e investigadora de la UDD.

Según explica la académica, la medición de la actividad emprendedora se clasificó por emprendedores en etapa inicial, que concentró a los emprendedores nacientes —que aún estaban materializando una idea de menos de tres meses de existencia y no pagan salarios—; emprendedores nuevos —que llevan operando en el mercado más de tres meses pero menos de 42 meses y han pagado sueldos—. La combinación de ambos refleja el Total de Actividad Emprendedora en Etapa Inicial (TEA), que mide el porcentaje de la población que tiene un negocio en fase inicial. También se clasifican los empresarios establecidos, que son aquellos que llevan operando más de 42 meses.

De esta forma, en el GEM Chile 2020 se observa que el total de la actividad emprendedora en etapa inicial mostró una disminución respecto de la edición anterior, al ubicarse en 26% frente al 37% de 2019, retrocediendo así al mismo nivel de 2018. Es decir, en el GEM Chile 2019 la TEA aumentó 11 puntos porcentuales respecto de 2018, al subir de 26% a 37%, pero en el informe de 2020, este indicador cayó en igual proporción.

'Si bien la tasa de actividad emprendedora en etapa inicial ha vuelto a las cifras anteriores a la pandemia, su composición es distinta debido a una disminución en los emprendimientos nacientes (de 27% a 20%) y también en los emprendimientos nuevos (de 11% a 7%)', explica Guerrero y agrega que debido a los efectos en la contracción de la economía y las dificultades del mercado laboral 'no es extraño ver un efecto de puerta giratoria: en la que pueden entrar emprendimientos nacientes debido a dichas condiciones, pero al mismo tiempo una salida (temporal o definitiva) de los emprendimientos nacientes y nuevos debido a las dificultades de adaptación, liquidez y supervivencia'.

Para Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de Corfo, 'estas cifras tienen relación con emprendimientos que, en su mayoría, estaban atravesando el ‘valle de la muerte' (costos mayores a los ingresos), por lo tanto, la posibilidad de sobrellevar esta etapa del ciclo de vida de un emprendimiento en una economía que tiene los vaivenes de una crisis sanitaria es más baja a lo que pasa con una economía precrisis'.

Por la supervivencia

Actores del ecosistema coinciden en que la sociedad chilena experimentó situaciones de confinamiento de diferentes intensidades y duraciones, que tuvieron consecuencias directas en la actividad. 'El vandalismo y las cuarentenas fueron fatales para muchos; sin embargo, todos nos hemos visto obligados a digitalizarnos al máximo y la velocidad de adaptación del ser humano, particularmente de los chilenos, es impresionante. Se viene un aumento explosivo en productividad y emprendimiento sin precedentes y si no cometemos errores ‘no forzados' como país, la creación de empleos será mucho mayor que la pérdida de los mismos, y la generación de riqueza será mucho más distribuida', afirma Nicolás Shea, fundador de Cumplo y presidente del G100.

De hecho, el GEM 2020 mostró que la principal motivación para emprender fue la dificultad de conseguir un empleo debido a la escasez de opciones laborales (en promedio el 80% lo hace motivado por la escasez laboral), aumentando esta razón en 11 puntos porcentuales respecto de la edición 2019, donde el 69% de quienes emprendían lo hacía por la falta de trabajo. Por otra parte, la principal causa de discontinuidad empresarial fue la pandemia (62%), mientras que el ingreso familiar del 89% de las personas involucradas en el proceso emprendedor fue impactado negativamente.

Además, un 55% de los emprendimientos en etapa inicial y un 61% de los establecidos adoptaron una actitud conservadora respecto a la disminución en las expectativas de crecimiento. En tanto, 57% de los emprendimientos nacientes, 61% de los nuevos y 52% de los establecidos tuvieron un radar activado para identificar las potenciales oportunidades de negocio que traen consigo eventos como la pandemia y se observó una diversificación de la estrategia de innovación en productos, orientada al mercado local, nacional e internacional.

'La incertidumbre en la actividad económica que se vivió en los primeros siete meses de la pandemia, generó una actitud conservadora en la población emprendedora. Esta actitud se observó al momento de tomar la decisión de invertir en generar un nuevo puesto de trabajo, al ajustar sus propias expectativas de crecimiento y al intentar adaptarse al nuevo escenario. Hay que destacar los esfuerzos de dicha población emprendedora por permanecer activos y su supervivencia en el mercado', dice Guerrero.


 
Según el informe, que se dará a conocer este jueves, un 52% de la población chilena de entre 18 y 64 años manifestó tener la intención de emprender en los próximos tres años. Sin embargo, tan solo 20% de este grupo etario indicó estar involucrado en emprendimientos nacientes. Asimismo, un 6% manifestó que estaba activamente involucrado en un nuevo negocio de menos de 42 meses de antigüedad, mientras que un 6% estaba involucrado en un negocio establecido. En cuanto a la orientación innovadora, el estudio mostró que la mayoría de los negocios en etapa inicial y establecida que operan en sectores esenciales y no esenciales reportaron no haber innovado en productos o servicios, siendo los establecidos los que menos desarrollaron esta estrategia. 'Las capacidades de la estructura empresarial chilena está caracterizada por muy poca innovación y colaboración con agentes vinculados a la innovación (como universidades, centros de investigación, incluso empresas innovadoras). En ese sentido, no es muy extraño que la mayoría de los emprendimientos en Chile innoven poco', afirma Guerrero.

Al respecto, Paula Valverde, gerenta general de Grupo Limonada y directora de Endeavor Chile, afirma: 'Cuando se atraviesa por una crisis como la que estamos viviendo producto de la pandemia, la primera medida que toman las personas y también los emprendimientos, es ‘apretarse el cinturón' y recortar gastos que tienen relación, por ejemplo, con la innovación, el desarrollo y la expansión. A su vez, partir un proyecto también significa innovar en algo nuevo y muchas veces la gente prefiere no correr ese riesgo debido a la situación actual del país, con una economía bastante afectada por la crisis sanitaria'.

Barreras y perspectivas

'La falta de financiamiento para partir es muy complejo, sobre todo en tiempos de crisis, la mayoría parte con recursos propios o de cercanos, entonces si van a buscar un fondo de inversión, estos están más cautelosos o buscando inversiones que realmente les generen un gran retorno. Por otro lado, está el tema de los fondos públicos, donde las finanzas del Estado se han visto más estresadas, porque han tenido que relocalizar muchos recursos que estaban destinados a fomentar emprendimientos', afirma la presidenta y fundadora de Mujeres del Pacífico, Fernanda Vicente.

Por su parte, Paula Valverde, sostiene que en Chile existe una enorme desigualdad social y falta de oportunidades y esto se ve reflejado en que solo una parte de la población tiene la posibilidad de emprender, pero además quienes tienen la posibilidad de emprender se encuentran con una gran barrera que es conseguir financiamiento: 'Hoy, la mayoría de los emprendimientos que surgen son financiados por recursos propios y las personas que no cuentan con recursos para comenzar un emprendimiento se encuentran con una enorme barrera que es la burocracia para conseguir financiamiento gubernamental'.

Según el GEM 2020, solo 27% de la población emprendedora reconoció que las instituciones gubernamentales respondieron eficientemente ante la pandemia, en tanto 66% fue crítica sobre el papel de los agentes del ecosistema.

'Las crisis económicas son grandes generadores de emprendimiento y el capital nunca había sido tan abundante. El responsable principal del buen o mal funcionamiento del mercado es el Estado. Si preservamos políticas públicas obsoletas y extractivas que perpetúan la concentración económica y la renta de las empresas establecidas, nos irá mal. Si, en cambio, nos proponemos en serio el diseño e implementación de un sistema abierto e inclusivo, sin privilegios para nadie, nos irá muy bien', afirma Shea.
 
Link reporte aquí
 
FUENTE: El Mercurio

Escrito por

Equipo UDD Ventures

Nuestra área de comunicaciones tiene como objetivo generar y compartir contenidos relevantes para el ecosistema. Entregando información actualizada sobre las convocatorias vigentes, hitos importantes de nuestros emprendedores y temáticas de interés general, tanto para emprendedores, corporaciones, academia y estado.

TÓPICOS:

Mundo Emprendedor