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columnas de opinión

El sentido de urgencia en un mundo confinado.

Este 2020 nos ha dejado grandes lecciones de vida. Si bien Bill Gates en su charla TED del año 2015 ya vaticinaba que la próxima gran amenaza para el mundo no sería una guerra nuclear, sino que un virus infeccioso, no solamente fue un visionario, también fue un gran estratega. Alguien que leyó y analizó variables, las cotejó con las realidades a nivel de salud e infraestructura en el mundo y su conclusión fue correcta. No estaban las condiciones para enfrentar una megapandemia. Ahora, teniendo en cuenta este pronóstico, ¿se han hecho los cambios necesarios para enfrentar una nueva crisis sanitaria como la actual?

La urgencia tiene un lado positivo y uno negativo. Lo positivo es que buscar soluciones bajo condiciones de restricción en general lleva a generar innovación. El sentido de urgencia es el motor que al ser humano lo conduce hacia la creación de soluciones, a progresar y a sobrevivir. Además, la urgencia siempre viene acompañada de situaciones que generan puntos de inflexión.

Hoy el imperativo es aprender a convivir con COVID y abrir la economía para apuntalar la reactivación económica a nivel global. Algunos países ya tomaron la delantera respecto a ‘cambios planificados’ en medio de una crisis. En EE.UU. el 16% de los estadounidenses mantendrían la dinámica del teletrabajo luego de la pandemia, según un estudio realizado por las universidades de Harvard e Illinois.

 

El estudio concluyó que las industrias que se adaptan mejor a esta dinámica parecen no disminuir su nivel de productividad, y que a los colaboradores que cuentan con una mayor formación profesional, operar con teletrabajo se les hace más cómodo y la percepción de baja productividad es mucho menor. Esta situación podría repetirse en otras economías, las cuales ya llevan meses familiarizadas con el teletrabajo. En Chile, si bien no todos tienen acceso a realizar teletrabajo, marca un precedente importante a nivel de dinámicas de trabajo.

Estamos en un escenario complejo en el cual la colaboración de todos los sectores es clave. ¿De qué manera se puede retornar a la normalidad con sentido de urgencia en un mundo aún confinado? ¿Cómo manejar el COVID como una variable más a ser gestionada en un escenario donde hay tantas incertezas? ¿Cómo se podrá reactivar la economía de forma segura? ¿Cuál es la mejor estrategia para contener posibles rebrotes sin tener que volver a cerrar la economía?

Son preguntas que se responderán en la práctica. Es un gran desafío, y nuevamente llego a mi reflexión inicial: el sentido de urgencia es el motor de toda sociedad emprendedora, sin embargo, el contexto COVID nos ha hecho parar, cerrar, reflexionar, pensar, y prepararnos para una nueva realidad.

 

FUENTE: El Mostrador

Photo by Mika Baumeister on Unsplash

Escrito por

Angel Morales

Ingeniero Comercial y Magíster en Innovación UC con experiencia en innovación social en Servicio País, Fundación América Solidaria y TECHO; experiencia en la Incubadora de Negocios INACAP y Transforme Consultores; trayectoria como Docente en U. Santo Tomás y U. Mayor, y Tutor MBA UDD. Actualmente Director Ejecutivo en UDD Ventures.

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