El mundo nos está empujando constantemente a hacer cosas distintas en la vida personal y en el trabajo. Sin ir más lejos, en febrero -y con algo de envidia por quienes se tomaban vacaciones en esas semanas-, añoraba un par de días de trabajo en casa para bajar un poco del ritmo frenético, deseo que no solo a mí se me cumplió sino que a todos y con cierta cuota de ironía, ya que dicha consternación ya lleva casi 40 días de confinamiento en mi casa.
Pese a esto y otras dificultades, estamos en un tiempo donde renace la innovación. Porque no se innova por entretención sino por necesidad, ya sea económica u operacional, en el caso de las empresas, o incluso emocional en el caso de las personas, por las ganas de hacer mejor las cosas. A partir de este proceso que enfrentamos, estamos siendo testigos de cambios en los paradigmas sociales y morales del mundo donde hemos crecido, y se hace crítico echar mano a nuestras herramientas adaptativas para afrontar este período vertiginoso, donde la capacidad de creación, liderazgo y comunicación serán los protagonistas del éxito de nuestros proyectos.
El mundo de la tecnología, que me ha acogido por más de 10 años, se ha vuelto un protagonista de esta nueva y constantemente cambiante forma de hacer las cosas y comunicarnos, dándonos oportunidades de aprendizaje y replanteamiento únicas donde podemos promover y mantener cambios en las distintas industrias en una transferencia a la cultura organizacional. Es así que en aquellas áreas donde he tenido la oportunidad de implementar proyectos de innovación, he sido testigo no sólo del cambio operacional si no del cambio en las personas, lo que resulta enormemente gratificante a la hora de llevar esta suerte de “mensaje de innovación”.
El escritor Yuval Harari, en su magnífico libro “De animales a dioses” señala que el hombre llegó a la Luna por su capacidad de comunicación y transversalidad de un mensaje para todos los involucrados en dicha tarea, en todos los niveles. Así entonces, mi invitación es a que descubramos espacios de innovación, trabajemos, nos adaptemos, nos comuniquemos y encarnemos un mensaje, para que así, lleguemos todos a nuestras propias Lunas.
FUENTE: InfoWeek