Dentro del desarrollo que se ha observado estos últimos 10 años, uno de los puntos más dinámicos y evolutivos ha sido el cambio de prácticas internas en las diferentes estructuras empresariales. Ya sea por la creación de nuevos departamentos, la implementación de áreas claves dentro de una organización, los procesos de desarrollo de
productos e innovación, o la transformación dentro de los ecosistemas empresariales.
Es en este punto donde la sinergia entre ejecutivos corporativos y emprendedores externos es clave para generar nuevos conocimientos. La necesidad de adaptarse o abrir nuevas líneas de negocios hace que las corporaciones recurran a la innovación abierta como una manera de mantenerse actualizadas, de generar ofertas atractivas y en constante avance.
En este sentido, las “tribus ágiles” conformadas tanto por colaboradores de una corporación, como por emprendedores externos que son invitados a integrarse a la gran empresa, han creado una nueva manera de operar. El talento propio de los emprendedores, con procesos de rápida implementación, con capacidad de cambio, y con la flexibilidad a nivel de procesos que los caracterizan, se vuelven un gran aliado con los departamentos de innovación interna de las distintas organizaciones.
La cocreación, el feedback externo, las alianzas estratégicas, la innovación abierta, e incluso el desarrollo del intraemprendimiento (corporate company building), están cambiando la forma de desarrollar y crear negocios. La capacidad de crear nuevas propuestas comerciales sobre la base del trabajo interno supone una nueva era del emprendimiento, en donde las grandes estructuras ya no miran con recelo los avances de estas nuevas potencias creativas, sino que las abrazan y las hacen parte de sí mismas. Esto logra dar pie a nuevas empresas y líneas de negocios que las posiciona como innovadores luego de ser reconocidas como estructuras tradicionales.
Los altos ejecutivos de las empresas corporativas necesitan imprimir un liderazgo adaptativo con foco en aprendizaje profundo, dado que esto es lo que permitirá sostener la productividad en el largo plazo. Para esto es vital contar con scouting de soluciones en el mercado y, a su vez, estimular el surgimiento de emprendedores corporativos.
Ese tipo de crecimiento, desde las bases de las empresas, propone que la innovación es un nuevo engranaje cada vez más cercano al corazón de una organización. Ya lo vimos en casos como Netflix, Amazon, Alibaba o Adobe, por nombrar algunos, donde la resignificación de sus propósitos se vio en gran medida influenciada por la necesidad de innovar, y esa innovación proviene de un trabajo mancomunado, organizado y con un fuerte componente de creatividad.
Dejemos que las tribus ágiles (intraemprendedores y startups externas) se multipliquen y creen una escuela propia, con sellos propios, y que las grandes corporaciones las sepan entender, valorar y potenciar, para seguir generando nuevos conocimientos que ayuden al país a ser reconocido como un hub importante en la región.
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