Si hiciéramos una encuesta rápida entre nuestra red de amigos y contactos, casi todas las personas nos responderían que “Sí” cuando les preguntamos si tienen un proyecto en marcha.
Puede ser de índole personal, grupal, laboral e incluso un proyecto de vida a largo plazo. Y para que cada uno pueda hacerse realidad, es fundamental ir avanzando etapas que nos permitan crecer y fijarnos nuevas metas.
En el mundo del emprendimiento esto es aún más evidente. Se comienza por una idea que busca resolver un problema que afecta a las personas o crearles una nueva, y más variada, oferta de producto o servicio. Ese plan luego se formaliza y se hace realidad. Pero el camino no para ahí: nuevos clientes implican aumentar la producción; más productos requieren ampliar el equipo para cumplir con la demanda. La empresa se hace conocida, es necesario invertir en marketing, branding, publicidad en redes sociales, etc. Cada paso que damos, cada peldaño que se va subiendo en la escalera, es una nueva oportunidad y también un claro índice de transformación que impacta no sólo de forma particular, sino que al sistema económico en general.
Esto porque, según cifras del Ministerio de Economía, 2.774.193 trabajadores de todo el país realizan sus labores en microempresas (de 1 a 10 trabajadores), las que concentran el 37,3% de los empleos formales. En tanto, las pequeñas empresas (entre 11 y 49 trabajadores), concentran el 13,1% de los empleos y las medianas (entre 50 y 199 trabajadores), el 14,9%. Esto hace que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), representen el 65,3% (4.857.949) del total de los empleos formales (7.432.926).
En nuestro trabajo como aceleradora de negocios, somos testigos de cómo las mipymes son claves en la generación de nuevos empleos y juegan un rol relevante en la reactivación económica post pandemia. Todos queremos que estos emprendimientos crezcan y se consoliden, pero para llegar a ese punto, como sociedad debemos generar más puentes y entregar herramientas a quienes están recién partiendo.
Por eso, nuestro aporte -al igual que el de todas las aceleradoras existentes en el mundo- va por el ámbito de la capacitación, el apoyo constante para promover la escalabilidad, el desarrollo y la detección de nuevas oportunidades para los emprendimientos.
Creemos que esto se logra con un acompañamiento 1 a 1 y de forma continua y dando énfasis en temáticas atingentes a las necesidades de las empresas en el panorama nacional y/o internacional. Así, se identifica la propuesta de valor, se elabora un modelo de negocios y se crea un plan de crecimiento alineado con esos objetivos, siendo de gran relevancia establecer un seguimiento a largo plazo con cada proyecto para la revisión y análisis de cada una de las etapas de avance.
Es en etapas iniciales cuando los emprendedores más agradecen los servicios que como incubadora podemos aportar. El acceso a formación, mentoring, acceso a consultoría especializada en distintas temáticas, como estrategias de venta, estructuración financiera, estructuración para levantamiento de capital privado, entre otras, , cursos teóricos y prácticos a cargo de expertos de distintos rubros, y contacto con redes de innovación y emprendimiento que les ayuden a llegar a nuevos clientes, proveedores e inversionistas.
Abrirse paso ante nuevas metas siempre será desafiante, pero si las personas y las empresas cuentan con las herramientas y la asesoría necesarias, serán capaces de incorporar este input y hacerlo parte del core de su negocio en todo su ciclo de vida. Está en nosotros colaborar para que cada día más emprendimientos se conecten con estas oportunidades y puedan seguir escalando.
Fuente: Trade News
Photo: Max Ostrozhinskiy on Unsplash