La “nueva normalidad” en la que el mundo entrará post COVID-19 transformará la manera de hacer las cosas para siempre. El tema ahora es: ¿cuántos actores del ecosistema de emprendimiento e innovación podrán entregar un aporte real a su entorno sobre la base de su experiencia adaptándose al nuevo escenario? Me ha tocado mucho escuchar únicamente proyecciones fatalistas en vez de realizar cambios estratégicos en sus modelos de negocios para sobrellevar la crisis, y a su vez entregar productos y servicios con los cuales puedan ser un aporte que mitigue en cierta forma los efectos de la pandemia.
Afortunadamente también hay casos de grandes organizaciones que se han adaptado a las nuevas demandas del mercado. En Estados Unidos la multinacional Ford, de la mano de GE Healthcare (y por la aplicación de la ‘Ley de Producción de Defensa de 1950’) preparan 50 mil respiradores artificiales de bajo costo para enfrentar la crisis sanitaria en EEUU. Mismo caso se repite en España con Navantia y Airbus por la urgencia en la producción de respiradores.
En Chile Monarch y Caffarena han hecho lo suyo y anunciaron la fabricación exclusiva de mascarillas reutilizables a base de cobre. La primera se encuentra con dos de sus cuatro plantas funcionando y con un 30% de sus trabajadores generan 6 mil mascarillas diarias. La segunda se encuentra entregando 30 mil unidades al día aproximadamente. Ambas firmas producen mascarillas hechas de bambú e incrustaciones de cobre, con propiedades bactericidas, fungicidas y antivirales.
Otro caso es el de los nacionales ‘Triciclos’, empresa B que aceptó el desafío realizado por la multinacional Ab Inved para generar más de 70 mil unidades de gel antibacterial con alcohol extraído de la elaboración de sus cervezas. Un claro ejemplo de acción frente a una necesidad de cambio. Pero ¿qué otras grandes empresas mostrarán innovación en sus procesos, productos y propuestas de valor en Chile? Me parece una oportunidad única de crecimiento para la gran empresa, pero también para organizaciones más pequeñas que puedan ver en esta crisis una nueva oportunidad para transformarse.
Las pymes hoy se ven enfrentadas, producto de la crisis sanitaria, a reducción en sus operaciones, baja en sus ventas, y el desafío constante de transformarse digitalmente. Una cultura de empresa ágil, de alta velocidad de adaptación y con capacidad de competir en situaciones de caos como la actual, siguen siendo componentes más propios de un emprendimiento digital que de una pyme tradicional. En este sentido, organizaciones como la nuestra pueden prestar apoyo a las pymes justamente en este proceso de adopción tecnológica y transformación cultural, para que en el mediano y largo plazo terminen siendo una organización más robusta.
Primero viene la transformación cultural del equipo, luego la adopción de herramientas digitales que les permitan competir en esta nueva era y finalmente la conversión de la organización para que pasen a ser una empresa de datos, una pyme inteligente. Como muchos sabemos, el éxito de Amazon en parte se debe a que se autodefinen como una empresa de tecnología que compite en industrias como el retail, el almacenamiento de datos o la producción de series cinematográficas.
FUENTE: El Mostrador
Afortunadamente también hay casos de grandes organizaciones que se han adaptado a las nuevas demandas del mercado. En Estados Unidos la multinacional Ford, de la mano de GE Healthcare (y por la aplicación de la ‘Ley de Producción de Defensa de 1950’) preparan 50 mil respiradores artificiales de bajo costo para enfrentar la crisis sanitaria en EEUU. Mismo caso se repite en España con Navantia y Airbus por la urgencia en la producción de respiradores.
En Chile Monarch y Caffarena han hecho lo suyo y anunciaron la fabricación exclusiva de mascarillas reutilizables a base de cobre. La primera se encuentra con dos de sus cuatro plantas funcionando y con un 30% de sus trabajadores generan 6 mil mascarillas diarias. La segunda se encuentra entregando 30 mil unidades al día aproximadamente. Ambas firmas producen mascarillas hechas de bambú e incrustaciones de cobre, con propiedades bactericidas, fungicidas y antivirales.
Otro caso es el de los nacionales ‘Triciclos’, empresa B que aceptó el desafío realizado por la multinacional Ab Inved para generar más de 70 mil unidades de gel antibacterial con alcohol extraído de la elaboración de sus cervezas. Un claro ejemplo de acción frente a una necesidad de cambio. Pero ¿qué otras grandes empresas mostrarán innovación en sus procesos, productos y propuestas de valor en Chile? Me parece una oportunidad única de crecimiento para la gran empresa, pero también para organizaciones más pequeñas que puedan ver en esta crisis una nueva oportunidad para transformarse.
Las pymes hoy se ven enfrentadas, producto de la crisis sanitaria, a reducción en sus operaciones, baja en sus ventas, y el desafío constante de transformarse digitalmente. Una cultura de empresa ágil, de alta velocidad de adaptación y con capacidad de competir en situaciones de caos como la actual, siguen siendo componentes más propios de un emprendimiento digital que de una pyme tradicional. En este sentido, organizaciones como la nuestra pueden prestar apoyo a las pymes justamente en este proceso de adopción tecnológica y transformación cultural, para que en el mediano y largo plazo terminen siendo una organización más robusta.
Primero viene la transformación cultural del equipo, luego la adopción de herramientas digitales que les permitan competir en esta nueva era y finalmente la conversión de la organización para que pasen a ser una empresa de datos, una pyme inteligente. Como muchos sabemos, el éxito de Amazon en parte se debe a que se autodefinen como una empresa de tecnología que compite en industrias como el retail, el almacenamiento de datos o la producción de series cinematográficas.