Desafiados por los cambios vividos en los últimos meses, los liderazgos de las empresas han debido reinventarse aceleradamente con miras hacia el futuro. Un estudio de McKinsey concluyó que el complejo entorno empresarial actual exige un nuevo enfoque del liderazgo que se centre en la co-creación y se amplíe más allá de los accionistas para incluir también a clientes, empleados, socios y la sociedad en general. Este nuevo estilo de líder (gerente) debe desempeñar cuatro nuevos papeles: visionario, arquitecto, entrenador y catalizador.
Pero ¿Cómo es en la práctica el nuevo perfil gerencial? ¿Qué requisitos debe cumplir un profesional para ocupar un puesto de gerente (o director ejecutivo) más allá de sus estudios formales? Entendiendo que es un puesto fundamental, al ser quien encarna y proyecta la propuesta de valor y visión de la empresa, un gerente es a la vez el mejor vendedor de la compañía. En este sentido, el gerente que ejerce el control (micromanagement) está quedando obsoleto, siendo reemplazado por un ejecutivo abierto, horizontal y con vocación de servicio (no-gerente). En este sentido, las nuevas habilidades gerenciales deben ir en línea con los siguientes ámbitos:
No a la unidimensionalidad: El nuevo gerente general debe ser una mezcla entre gerente de crecimiento, gerente de emprendimiento corporativo y gerente de ecosistemas, tal como se implementa actualmente en diversas compañías norteamericanas y europeas.
Saber confiar: Los gerentes son exploradores de mundos, interesados en prospectar el futuro, pero sin descuidar el presente. Para cumplir esta doble tarea es necesario disponer de un buen equipo de trabajo y profesionales de confianza que lo apoyen directamente en la explotación del negocio base, para poder explorar nuevos horizontes.
Agentes conectores: Un buen gerente debe generar redes tanto internas como externas. Dentro de la compañía es fundamental el trabajo coordinado con las áreas de tecnología, innovación, marketing, comunicaciones, comercial, etc. Hacia afuera piensan sus modelos de negocios como plataformas para conectar con agentes externos a la compañía (startups, por ejemplo) y así formar nuevas redes de crecimiento y desarrollo. Un líder que opera bajo una lógica de ecosistema, es un superconector natural.
Visión de emprendimiento corporativo: El gerente de los nuevos tiempos debe tener un ADN emprendedor que le permita resolver obstáculos y liderar equipos proactivos para hacer de la empresa una organización innovadora, capaz de crear el futuro. Además, debe poseer un mindset de startup, con foco en la experimentación y la colaboración radical tal como lo hacen en empresas tecnológicas globales como Netflix y Spotify.
Atención a nuevas métricas: Liderar equipos internos es importante, pero también lo es analizar la experiencia que tienen los clientes con la empresa y qué cambios, positivos o negativos, pueden ir generando. Para este ítem es primordial la revisión constante de métricas que permitan evaluar resultados como ¿Cuántos clientes fueron visitados el mes pasado? ¿Con cuántos empleados pasaste tiempo esta semana? ¿Cuánta capacitación hicimos el mes pasado? ¿Cuándo te reuniste por última vez con tus proveedores clave? ¿Estás explorando colaboraciones con tus competidores?
Finalmente, un buen "no-gerente" no se queda estancado únicamente en lo que conoce y está siempre buscando nuevas formas de resolver problemas, cuenta con "hambre" por el aprendizaje continuo. También se preocupa por igual del crecimiento económico y sostenible, porque es consciente de que una empresa está inserta dentro de la sociedad y hoy en día, los beneficios van mucho más allá de las cifras financieras, garantizando también las necesidades de las generaciones actuales y futuras sin comprometer los recursos naturales y humanos durante las operaciones diarias.