Como es bien sabido en el ecosistema local, una nueva tendencia está dando que hablar entre las grandes empresas, y es el concepto de “venture client” (o cliente de riesgo), un modelo de innovación abierta que alude a que una gran corporación pueda convertirse en cliente de una startup que se encuentre en una etapa temprana de desarrollo, y apostar así por su crecimiento.
La diferencia entre un cliente normal (que busca contar con un proveedor tradicional) y un cliente de riesgo es que el producto al que está accediendo este último presenta un alto riesgo tecnológico, precisamente porque aún no ha sido lanzado al mercado a gran escala.
Convertirse en “venture client” necesita audacia, pero al mismo tiempo, estrategia y foco. La empresa que decide ser cliente entiende y acepta este riesgo adicional, porque confía en que la startup será capaz de resolver un problema estratégico de mejor manera que las alternativas existentes.
El modelo se está extendiendo entre grandes empresas alrededor del mundo y tiene varias ventajas, entre ellas, los clientes pueden colaborar con el ecosistema de emprendimiento sin necesidad de invertir en una startup determinada.
"En nuestro país existen distintas alternativas de apoyo a los emprendimientos y startups, pero si nos comparamos con países desarrollados, estamos al debe. Especialmente en tiempos de crisis, el llamado “venture client” es una excelente opción para contar un laboratorio de innovación corporativa”.
Las grandes empresas buscan obtener así una ventaja competitiva en el mercado para capturar una solución o tecnología que sus competidores no posean. Por su lado, la startup está en condiciones de entregar un producto mínimo viable (MVP) a un cliente real que le permita validar sus soluciones tecnológicas y hacer los ajustes necesarios para el momento en que lleguen más usuarios.
Además, iniciativas de este tipo permiten que el ecosistema de startups se consolide en el país como una opción real y deje de ser visto como una amenaza en el posicionamiento tecnológico consolidado de las empresas (incumbentes). Una economía que no renueva a sus actores está destinada a quedar rezagada. Por suerte, esta visión ha ido modificándose gracias al surgimiento de nuevos paradigmas de innovación corporativa, la digitalización y el talento humano capaz de crear y poner en marcha empresas disruptivas.
En nuestro país existen distintas alternativas de apoyo a los emprendimientos y startups, pero si nos comparamos con países desarrollados, estamos al debe. Especialmente en tiempos de crisis, el llamado “venture client” es una excelente opción para contar un laboratorio de innovación corporativa.
En definitiva, el “venture client” supone una gran oportunidad para aquellas empresas chilenas que quieran conectar con buenos equipos de startups, entender las últimas tendencias tecnológicas, crear redes, y poder modificar así su propuesta de valor de cara a sus clientes finales.
FUENTE: Poderyliderazgo.cl
PHOTO: Joshua Reddekopp on unspalsh